Nos ha tocado quedarnos en casa, pero no ha sido un simple estar. El trabajo de ambas partes (familias y profesorado) ha facilitado la comunicación y el mantener la relación de la clase; ¡y cómo han respondido los niños! Txa-pel-du-nak.
Las iniciativas de cada familia, ha despertado las ganas, los deseos de los niños; les hemos visto plantando semillas, haciendo experimentos, pasando la escoba…
¿No es éste el reflejo de la cooperación de la Comunidad Educativa?