Cuando empezó en el bersolarismo, se percató que se adentraba en un territorio desconocido para él hasta entonces. Lo que para los demás eran palabras cotidianas, para él eran asombrosas. Cuando fue a vivir a Zumaia, allí se encontró con un pueblo muy distinto: casi todo el mundo hablaba euskera, y él estaba a acostumbrado a hablar castellano diariamente. Ahí comenzó su evolución como euskaldun y como bertsolari.
Pero, todavía no se sentía totalmente integrado. Ante sus amigos, se sentía acomplejado por la procedencia de su familia. Incluso cuando recibió el Premio Bilintx, en Rentería, omitió su procedencia y la de su familia.
Pasados unos años, logró clasificarse para la final del Campeonato de Gipuzkoa de Bersolaris. Fue allí donde se dió cuenta que hasta entonces había estado viviendo negando sus raíces y aprovechó aquel evento para reivindicar a su familia ante todo el mundo. El último berso de despedida, dedicado a su abuela, fue el momento más emotivo y aplaudido por el público que abarratoba el velódromo de Anoeta. Lo podéis ver-escuchar, aquí: https://www.youtube.com/watch?v=Bf_l6KNb1ds
Nuestros alumnos siguieron el testimonio de Jon Maia con gran atención y quedaron gratamente impresionados. Para terminar, Jon Maia felicitó mediante un berso el cumpleaños de un alumno que cumplia su aniversario ese mismo día. Un bonito regalo para Asier Iraola.
